Por Cecilio Andrade
El código de colores de los anteriores blogs nos ayuda a definir donde está la mente en cada momento, pero no va a ayudar mucho una vez puestos “en la faena” de salvar nuestra vida o la de terceras personas.
¿Qué aptitud mental aplicamos entonces? Una sencilla, clara y concisa regla natural e instintiva, la Madre Naturaleza la implantó a fuego en todos y cada uno de los genes de sus seres vivos, “me atacas – te ataco”.
Por desgracia el ser humano es el único animal que tiende a poner trabas a esta ley natural, la de la supervivencia y la defensa propia, aunque, siendo sinceros, al final siempre acaba ganando la Naturaleza, de una forma u otra.
Una vez en la desgracia de tener que luchar por la vida, propia o de otros, solo debe existir un ahora y un aquí. No hay lugar para pensamientos superfluos, el problema de la hipoteca o la discusión con el jefe no nos van a ayudar. Tampoco los problemas éticos o legales lo harán. Somos los agredidos, o los defensores de los agredidos, nosotros no obligamos al agresor a actuar, si el retrocede en su acción bajaremos nuestro nivel de respuesta, de letal a neutralizante o incapacitante, y este al de control, pero el nivel de respuesta ya no está en nuestras manos, ya no depende de nosotros si no de los agresores.
La atención se enfocará en materializar exactamente nuestra respuesta, ya que somos los que “respondemos”, no los que empezamos. Si se actúa se hará centrado y enfocado en neutralizar el peligro, y recuerden que neutralizar sigue sin ser sinónimo de matar, insisto. Si fallamos no nos recriminamos por ello, habrá tiempo después si queremos hacerlo y salimos de esto con bien, tan solo continuamos enfocados en resolver esta situación que ni queríamos ni buscamos.
No evaluaremos ni lo que llevamos hecho hasta ese momento ni lo que debemos hacer en el futuro, tan solo conseguiríamos desenfocarnos y perder el aquí y ahora. Ese disparo que sale de su arma, ese puñetazo, esa patada en este instante es la que importa, no lo que sigue, no lo que lo precedió. Tan solo este acto en este instante. Las evaluaciones se hacen tranquilamente frente a un café y entre compañeros, nunca frente a adversarios.
El ser humano solo puede centrarse en una cosa cada vez, y en situaciones de estrés este enfoque se magnifica a grados extremos. Si lo asumimos y lo usamos correctamente, este enfoque nos ayudará a controlar el pánico y miedo consecuente.
Recuerden un último detalle, solo acabamos cuando la agresión está neutralizada, recuerden y piensen siempre esta palabra, neutralizar, no cuando dejamos de actuar por el motivo que sea. Solo acaba cuando no existe agresión y la amenaza esta o bien neutralizada o ha desaparecido.
2 Comments
Magnífico
Buen articulo, Cecilio. A veces no es un tema de “wow, que novedoso esto que dice Cecilio” sino que nos refrescas las cosas que hay que mantener frescas en nuestras cabezas. abrazo guerrero!