Por Cecilio Andrade
Armado
No podamos escapar, no podemos abandonar a los nuestros, toca armarnos con el arma de fuego que compramos con fines defensivos. Pero… ¿Dónde la guardamos? Y ¿Está cargada o vacía?
Vivir solo, con pareja adulta, con niños, con personas con problemas psiquiátricos, todas esa variables matizarán el dónde y el cómo guardar un arma para defender el hogar.
Una caja de seguridad de acceso controlado y rápido es la mejor solución normalmente. Situada en un lugar fácilmente accesible y en la zona de la casa donde estemos la mayor parte del tiempo. La elección del arma es tan variable como gustos, habilidades, mercado disponible, etc.
Una linterna debe estar situada al lado de la misma junto con un cargador de repuesto más, como mínimo, personalmente nunca porto menos de tres completos. Respecto a la linterna prefiero recomendar una no acoplada al arma, las razones de esto son varias.
Equipar esa linterna con una anilla para engancharla al dedo indice de la mano de apoyo nos puede ayudar a tener una mano libre, con la cual realizar acciones como buscar, tocar para comprobar si alguno de los nuestros está herido, cambiar de cargador, solucionar una interrupción, etc. y todo ello sin perder la linterna.
Un elemento clave que a menudo se olvida , a pesar de ser casi el alma del siglo XXI, es el teléfono, el celular. Es por ello que debemos situar nuestro teléfono celular sobre la mesita de noche o, incluso, colocar un teléfono celular viejo, con batería cargada, en la misma caja de seguridad de rápido acceso donde depositemos el arma y la linterna.
Barricada
Una premisa que debe ser considerada como una verdad absoluta es que cualquier obstáculo, una barricada en este caso, es tan eficaz como la decisión con la que usemos nuestras armas para defenderla.
En los cursos tácticos para civiles tan de moda actualmente, se busca moverse de forma “cool” y operativa, vende más y todo el mundo se va feliz a casa. Por lo general en el caso que nos ocupa, y salvo situaciones muy puntuales, no abogo por moverme en un entorno tan confinado y endeble como un hogar típico. Si además esperamos ayuda en cuestión de minutos, sabiendo que los criminales no buscan un enfrentamiento largo que los ancle y les impida robar e irse, la cuestión es obvia, resistir tras la protección de nuestra decisión, arma y barricada.
Cuando nos posicionemos es imperativo que permanezcamos hacia la dirección del ataque, lo que nos dará la mayor oportunidad de actuar con eficacia antes de ser detectados por la amenaza.
La ubicación debe ser el punto más lejano desde el que nos permita cubrir la agresión con nuestra arma de fuego más allá del alcance de sus brazos. Un obstáculo fuerte y sólido sin duda nos ayudará a protegernos.