Por Cecilio Andrade
Muchos comparten la frase de Johnny Depp “Mi hogar es cualquier lugar donde esté con los míos, un lugar tranquilo, un lugar no violento.” Pero… ¿podemos asegurar al 100% que, en el violento mundo que nos ha tocado vivir, será siempre así? Si creen que sí, dejen de leer el presente texto en este momento, y los anteriores, y los que siguen, no son para Uds.
¿A cuantos cursos sobre manejo de armas asisten Uds.? Si lo hacen de forma más o menos habitual felicidades, son Uds. una anomalía estadística. Y ahora otra pregunta ¿encajan esos cursos en lo que implica la defensa del hogar con nuestros seres amados dentro? Sin duda lo hacen de forma académica, aunque por experiencia les puedo asegurar que raramente con la fluidez real que se busca en un entrenamiento SWAT ante terroristas o narcos atrincherados. Hijos y esposas/os no son meros “rehenes” desconocidos si somos nosotros mismos los rescatadores.
Extraídas de experiencias por todo el mundo, y unificadas en cinco premisas de forma magistral por distintos expertos y profesionales, veamos cuales son los cinco pilares de la defensa del hogar.
El listado es sencillo.
Evitar
Sencilla y claramente, salir del rango de acción de la amenaza. El sentido común es evidente, si es posible evitar la amenaza lo haremos. Para ello tendremos el anillo uno y dos activos y preparados, alarmas, luces, cerraduras, rejas, perros ladradores, etc. Mucho de lo ya comentado en los artículos anteriores.
Convénzanse, querer ser Rambo o la princesa guerrera Xena con la integridad de nuestros seres queridos en juego, es cuando menos una estupidez. Si es posible huir, háganlo.
¿Cómo suena nuestra casa? Seguro que lo saben bien, tan bien como la forma de escapar y salir de la misma. Si pueden salir, háganlo.
Pero claro, niños pequeños, personas ancianas o enfermas, incapacitados, son factores que muchas veces lo impedirán, obligándonos a defensas a “ultranza” de una posición. ¿Muy cinematográfico? Quizás.
Pero lo que si esta claro es que si evitar y salir del domicilio no nos es factible, entramos en el punto que veremos la próxima semana, armarse.
Armarse con la decisión de luchar y emplear dichas armas. Los nuestros lo exigen.
Y nadie abandona a los suyos ¿a que no?