Por Cecilio Andrade
La psicología, como ciencia del comportamiento, puede servir de ayuda tanto a los operadores, asesores, consultores e instructores, mediante el análisis de las situaciones y la detección de variables implicadas en el aprendizaje y ejecución de las técnicas y procedimientos de seguridad. Por otra parte, puede proporcionar recursos para el control de los aspectos psicofisiológicos y emocionales presentes en dichas situaciones.
Extenderse en este campo daría lugar a un libro, o a varios, por lo cual nos concentraremos de manera muy somera en un solo aspecto, el que más nos afectará en una acción que comprometa la seguridad de cualquier tipo, hablamos del estrés.
Hoy por hoy el término estrés está tan popularizado que todos lo utilizamos aplicado a diferentes situaciones a modo de sinónimo de ansiedad, agobio, angustia, tensión, etc. La mayoría de las personas están de acuerdo en considerar los siguientes episodios como situaciones típicas de estrés: «tengo un examen dentro de dos días y no sé si me dará tiempo a prepararlo»; «el elevador se ha detenido entre dos plantas y estoy atrapado»; «he de llegar a una cita importante y estoy en medio de un atasco», etc., pero este pseudo-acuerdo sobre lo que es el estrés no suele llegar mucho más lejos, ni tampoco es del todo exacto.
Muchas de las situaciones en las que puede verse envuelto un responsable de seguridad, de cualquier tipo y nivel, en el curso de eventos de alto riesgo, de los cuales se podría elaborar una lista interminable, deben considerarse como altamente estresantes. No sería de utilidad reseñar aquí las múltiples definiciones que del término estrés circulan por los diversos ámbitos, de modo que intentaré dar una definición lo más práctica posible dentro del contexto que nos ocupa, la seguridad en general.
Se considera que una persona está bajo estrés cuando ha de hacer frente a demandas conductuales que le resultan difícil de llevar a cabo o satisfacer. Estas demandas exigen o provocan un incremento importante de la energía fisiológica del organismo, un rápido procesamiento de la información disponible, con frecuencia consistente en estímulos poco usuales o complejos, así como la búsqueda o puesta en marcha de conductas que permitan satisfacer dichas demandas y alcanzar un nivel de tranquilidad y calma.
Así pues, las características básicas de las situaciones de estrés son:
En resumen el organismo se encuentra desbordado por la situación.
Las situaciones que generalmente pueden desencadenar estrés reúnen todos o algunos de los siguientes componentes:
Ante estas situaciones generadoras de estrés las personas suelen responder de una forma bastante similar:
Hasta aquí una explicación técnica, y a la vez más asequible, al menos eso espero, en referencia al estrés.
¿Se reconocen?